El tirador fue identificado como Philipp F., alemán (35), sin antecedentes penales. Actuó con un arma legal. ¿Quién era?
El ataque a tiros en una iglesia en Hamburgo, Alemania, que se saldó con ocho muertos, entre ellos un bebé por nacer, fue obra de Philipp F, de 35 años, un ex testigo de Jehová que disparó cobardemente desde una ventana varias rondas, según muestra un video, y luego se suicidó.
Las nuevas imágenes son dramáticas y parecen mostrar al sospechoso disparando varias veces a través de una ventana del pasillo del templo.
Todos los muertos a tiros eran ciudadanos alemanes.
La policía recibió un llamado alrededor de las 21:15 hora local (17:15 en Argentina) del jueves, para informar que se habían producido disparos en el edificio en la calle Deelböge, distrito de Gross Borstel, dijo el portavoz policial Holger Vehren.
Los oficiales que ingresaron al templo de los Testigos de Jehová se encontraron con una carnicería: cadáveres en el piso y personas gravemente heridas.
La policía identificó este viernes al atacante, mientras continuaban las investigaciones.
Quién era Philipp F., el atacante
Era un exmiembro de la comunidad de los Testigos, con la que estaba en conflicto, indicó.
“Philipp F. era un exmiembro” de los Testigos de Jehová, dijo a la prensa un alto mando de la policía, y añadió que el atacante abandonó la comunidad hace unos 18 meses, “aparentemente, no en buenos términos“.
Tras la masacre, se suicidó. Se quitó la vida al llegar la policía y usó para la matanza una pistola para la que disponía de un permiso.
“El atacante huyó a la primera planta del edificio y allí se suicidó, por lo que hablamos en total de ocho muertos“, dijo el concejal de Interior de Hamburgo, Andy Grote, en una rueda de prensa.
Cuando los agentes entraron al inmueble, que era utilizado por los testigos de Jehóva, vieron de inmediato cómo un individuo con un arma de fuego huía al piso superior, confirmó el director del operativo policial, Mathias Tresp.
A continuación, encontraron “a un hombre sin vida con un herida letal y con un arma de fuego al lado”, afirmó Tresp, que enfatizó que la rápida actuación de la policía logró “aislar” al atacante de sus víctimas y evitó que se produjeran más muertos.
Los representantes de la Fiscalía y de la Oficina de Investigación Criminal de la policía señalaron por su parte que el atacante de nacionalidad alemana, no contaba con antecedentes penales de ningún tipo y poseía un permiso de armas como tirador deportivo.
Para el crimen empleó la pistola que estaba registrada a su nombre y en su casa se encontraron múltiples cajas con municiones. Además la policía confiscó dispositivos electrónicos que todavía están siendo investigados.
Aunque la motivación del ataque aún está por esclarecerse, no hay indicios de que haya un trasfondo político, sino que las autoridades apuntaron más bien a una posible disputa personal, a pesar de que no entraron en detalles.
Philipp P. abandonó la comunidad religiosa hace aproximadamente un año y medio, “de forma voluntaria pero no de buenas maneras”, según el portavoz de la Oficina de Investigación Criminal, Thomas Radzuweit, aunque sobre las circunstancias de su partida las informaciones por el momento son contradictorias.
Las siete víctimas mortales del ataque son cuatro hombres y dos mujeres, de entre 33 y 60 años y todos ellos de nacionalidad alemana, así como una criatura nonata de siete meses de gestación. Ninguno de ellos eran parientes del atacante.
Ocho personas resultaron heridas y cuatro de ellas permanecen de momento en estado grave, de las cuales seis poseen nacionalidad alemana, además de contarse entre ellas una mujer ugandesa y una ucraniana.
Los hechos ocurrieron cuando una cincuentena de testigos de Jehová se hallaban reunidos celebrando un oficio religioso.