El proceso de cambio de las tecnologías es cada vez más acelerado e impacta todos los ámbitos de la sociedad.
La transformación del universo digital origina un escenario de nuevos retos para las generaciones jóvenes y futuras. En esa realidad, surgen herramientas tecnológicas que agilizan las actividades diarias y que permiten responder a las necesidades de las organizaciones estratégicamente.
Para explorar las posibilidades de este cambio constante conversamos con dos expertos de la Universidad Rafael Landívar (URL), una institución que forma desde la experiencia e identidad, para desarrollar en las y los estudiantes las capacidades que necesitan para enfrentar las tendencias y desafíos de un mundo en evolución.
De acuerdo con Pedro Reyes, director de Tecnologías de la Información de la URL, la tecnología permite acelerar procesos operativos, lo que ofrece más herramientas para que se tomen decisiones más acertadas y se desarrollen procesos más eficientes.
Por esto mismo, las empresas e instituciones están constantemente implementando sistemas tecnológicos que aporten a sus procesos, lo que exige un constante aprendizaje y actualización para optar a oportunidades laborales.
De la misma manera, Reyes agrega la necesidad de aprender sobre herramientas colaborativas y software que contribuyan a generar una mejor relación con los usuarios y agilicen procesos administrativos. Asimismo, enfatiza que es vital conocer y ser consciente de los peligros que se pueden enfrentar, por lo que hay que saber minimizar y manejar los riesgos de su uso.
No obstante, la tecnología no solo ha transformado el ritmo de trabajo, sino también ha cambiado los perfiles de trabajadoras/es que buscan las instituciones.
LAS COMPETENCIAS IMPRESCINDIBLES
Según María Elena López, directora de Gestión de Talento Humano, la nueva mirada sobre las exigencias del mundo laboral está enfocada principalmente en las hard y soft skills, conformadas por: competencias de gestión, transversales y operativas. Asimismo, se hacen imprescindibles aptitudes como: capacidad de análisis, innovación, gestión de cambio, inteligencia colaborativa, proactividad y pensamiento estratégico.
“La digitalización en las empresas hace más necesarias las competencias emocionales, convirtiéndose en factores prioritarios en el desarrollo profesional. Es fundamental que las y los jóvenes desarrollen habilidades para construir relaciones sanas, que sepan identificar, guiar y canalizar adecuadamente sus emociones, de manera que los procesos sean óptimos para la organización, como para el equipo de trabajo”, expone López.
“Las empresas deben prepararse para acompañar, formar y motivar a sus colaboradores, por lo que se tendrá la necesidad de implementar estrategias de upskilling y reskilling, siendo estos dos conceptos que definen el cambio que ayudarán a entender y atender esos vacíos en materia de competencias digitales”, explica López.
Según la experta, el mundo laboral nos exige contar con perfiles versátiles, personas con deseos de aprender, crecer y sumar a las instituciones. La tecnología ha acelerado la necesidad de desarrollarse por competencias, situando el foco en el talento de las personas y siendo una herramienta constructiva que orienta al crecimiento continuo de los trabajadores.